Las enfermedades que producen obstrucción bronquial provocarán sensación de falta de aire y silbidos. En el caso de las dilataciones, o bronquiectasias, estos síntomas se verán acompañados de abundante expectoración.
Los pulmones son dos órganos en cuyo interior se produce el trasvase del oxígeno desde el aire de la atmósfera hacia la sangre. Las enfermedades más habituales son de naturaleza infecciosa. Estas infecciones, usualmente bacterianas, se denominan neumonías (antiguamente llamadas pulmonías). Otra infección pulmonar relativamente frecuente e importante por su contagiosidad es la tuberculosis pulmonar. Existen inflamaciones pulmonares no infecciosas, las cuales son menos frecuentes y aparecen en enfermedades reumáticas, ambientales,…
Ambos pulmones se hayan envueltos por dos finas telas, las llamadas pleuras, entre las cuales existe una cavidad virtual (el denominado espacio pleural). El espacio pleural, habitualmente vacío puede verse ocupado por aire (neumotórax), líquido (derrame pleural) o pus (empiema).
En el seno del aparato respiratorio, como en cualquier otro existen enfermedades tumorales. Las tumoraciones afectan a todos los niveles hasta ahora descritos. A nivel de vías respiratorias, altas y bajas, los tumores tienen su origen habitualmente en el uso del tabaco. Este carcinógeno afecta a faringe, laringe y bronquios (el mal llamado cáncer de pulmón se origina en los bronquios, siendo más correctamente la denominación de carcinoma broncopulmonar). A veces estas tumoraciones se ven favorecidas por la exposición a sustancias químicas, como en el caso del mesotelioma pleural, tumor claramente relacionado con la exposición al asbesto o amianto.
Como ya se ha insinuado anteriormente, en los pulmones ocurre el trasvase del oxígeno desde el aire hacia la sangre, siendo este el proceso fundamental de la respiración. Este proceso puede verse afectado por las enfermedades de las vías aéreas y pulmones, pero también por las enfermedades que afecten a los vasos pulmonares. Este es el caso de los embolismos pulmonares (en los que existe una obstrucción de los mismos por trombos) o la hipertensión pulmonar.
Además de los trastornos hasta ahora enumerados, la neumología también se ocupa de los trastornos respiratorios durante el sueño. Bajo este epígrafe se incluyen dos enfermedades fundamentalmente: el ronquido y la apnea obstructiva del sueño.
Por último señalaremos que la neumología también trata aquellas enfermedades sociales (tabaquismo), laborales (silicosis, asma profesional,..) y ambientales que afectan al aparato respiratorio.